TANDAS
PARA CLÁSICAS 27 DE MAYO EN ALBACETE, POR MOCLAVA.
Parece
mentira lo rápido que se pueden pasar 750 kilómetros en una furgo,
con un colega carrerista en el asiento de al lado, dos motos detrás,
una carpa plegable, herramientas, caballetes, arrancador, cascos y
demás; tan rápido como algo más de 7 horas, con un pis y un café
por medio: un suspiro.
Llegamos
el sábado ya casi de noche y sin tiempo para pasar por el circuito
de Albacete, así que nos fuimos directos al hotel y a picar algo
para estar listos al día siguiente temprano, con todo preparado para
un día que hace tiempo casi soñábamos: un día entero de
entrenamientos, en un circuito “de verdad”, donde podríamos
probar esas cosas que siempre quisimos probar y nunca pudimos…….
Amanece
el domingo 27 de Mayo con cielo azul, sol espléndido y muchas ganas
de dar vueltas sin parar. Nada más llegar al circuito te das cuenta
de la enorme diferencia con un día de carreras: no hay “miedo”,
ni prisas, ni presión ni nada. Solamente un poco de gente, muy buen
rollo, y ganas de pasarlo bien. Motos muy variadas, desde “típicas”
Bultaco, Ducatis y alguna Montesa, Rd´s, Ducatis gordas y hasta una
aulladora Honda 4 cilindros. Nosotros llevábamos una MotoGuzzi 500 y
una Seeley-Bsa con las que nos instalamos en un fresco box, con lo
que no tuvimos que poner la carpa y además refrescamos entre tanda y
tanda mientras fuera había casi 30 grados.
Empezó
la 1ª de las ocho tandas casi a la hora prevista, y a partir de ahí
cada hora en punto volvíamos a rodar otra vez, con tiempo entre una
y otra para cambiar alguna cosa en la moto: cambiamos chiclés,
desarrollos y cosas variadas, de tal manera que al final del día
conseguimos ir más rápido y a gusto que al principio. Tan rápido
quisimos ir, que acabamos con una caída sin muchos daños de la
Guzzi y una rotura de la correa del embrague en la Bsa, que nos
obligaron a los dos a volver con el “rescate” del circuito y a
dar por acabado a las cinco de la tarde el estupendo día de tandas
que los amigos de Moclava organizaron, y que esperamos vuelvan a
hacer.
Un
bocata, una cerveza, y después, vuelta a cargar motos, herramientas,
monos, recambios, caballetes y gasolina, que nos esperan otras 8
horitas hasta casa. Un poco cansados y con el colega un poco
magullado pero, eso sí, con una sonrisa.
Y
mañana a trabajar.
Richi
Race
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